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¿Cuándo y por qué debería un niño visitar al óptico?

Si un niño dice „no veo bien,“ a menudo lo consideramos normal si ven borroso cuando miran en la distancia o si a veces bizquean debido a la visión doble.

Si los niños hablan, los padres deberían actuar

¿Se quejan de dolores de cabeza? ¿Se frotan los ojos con frecuencia? ¿Ladean la cabeza hacia un lado cuando ojean libros o juguetes desde una distancia muy corta? Todo esto puede ser indicador de que la vista de los niños no está funcionando bien. Para los padres, esto son señales claras de alerta. Así que date prisa y ve a un óptico y, si luego es necesario, llévalo a un especialista.

¿Cuándo debería un niño visitar por primera vez el óptico después de quejarse?

La primera revisión ocular de un bebé se hace al nacer y más tarde se debe realizar al primer año, al tercero y al sexto de vida. ¿Qué pasa si en la revisión de los tres años sale no probatoria? En ese caso sería necesario repetir el test hasta que se obtenga el resultado.

Debemos mencionar que si hay en la familia un historial de problemas visuales como ambliopía (disminución de la visión por falta de sensibilidad en la retina que no tiene causas orgánicas) o estrabismo (desviación de la línea visual normal de uno de los ojos o de los dos), el niño debe ser examinado en el primer año de vida por un oftalmólogo pediatra. Un pediatra de cabecera puede no ser suficiente en este caso.

¿No has buscado ayuda? La consecuencia más grave es la ambliopía

Miopía, hipermetropía y astigmatismo son defectos que a menudo no se pueden corregir de manera satisfactoria en la edad adulta. Si no se descubren en la infancia, pueden ser un problema, pero no tan grave como lo puede ser cuando los padres, a pesar de las señales, ignoran las alertas de este problema, la ambliopía, una condición donde un ojo es considerablemente más débil que el otro.

La ambliopía se puede curar a los 6–7 años de vida del niño cubriendo el ojo sano. En la edad adulta procesos similares a estos resultan insatisfactorios. Es por eso por lo que descuidar esta condición en la infancia puede desembocar en un problema en la edad adulta cuando ya la cura es mucho más complicada.

¿Y tú? ¿Cada cuánto llevas a tu hijo a examinarse la vista?

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